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Nación y Patria (y III)
Visión de la España actual:

 La España actual nace de la restauración borbó­nica encabezada por el monarca designado por Fran­co y los «hombres del Rey» prove­nientes de la cú­pula del llamado «Movi­mien­to». La con­ver­gencia de estos diri­gen­tes del «anti­partido unifi­ca­do» del ré­gi­men franquista es­co­gidos por el Rey, con las di­rec­cio­nes de los partidos anti­fran­quistas de la iz­quier­da clásica y los nacionalismos señalados como «his­tó­ricos», sig­nificó la famosa «Tran­si­ción». La II Res­tau­ración de 1975 dio paso a una situación con cier­tos parecidos a la I Restaura­ción de 1875, que nos trajo en aquel momento un régi­men de monar­quía parlamenta­ria bajo el control político exclusivo de las oligarquías de dos partidos. En esta ocasión, la vida política también ha acaba­do por estar prota­goni­zada, a nivel nacional, por dos partidos que sólo res­ponden ante sí mismos, an­te los grupos económicos y mediá­ticos que los sus­tentan, y ante las interna­ciona­les que los cobijan. Pero con una significativa diferencia: junto a ese bipartidis­mo gene­ral, la mo­narquía parlamen­taria ha incluido esta vez un tercer elemento cons­tituyente: el frente de los partidos na­cio­nalistas «históricos».

Pero la II Restauración ha seguido también una mis­­ma línea de cam­bios sustanciales que ya se ini­cia­­ron con la dictadura de Franco -aun­que esto no quieran reconocerlo ni los detractores ni los, aún, simpa­ti­zantes de Franco- que ha homologado España con los países llama­dos de «su entorno», es decir, con el Occidente atlantista. Tal como declaró en plena II Gue­rra Mundial el ministro de asuntos exteriores de Franco: «España es un país americano».

España, pe­se a toda las lla­ma­­tivas verbenas «contestatarias» lan­za­das en su día por las izquier­das progre­sista, ecopacifista, co­munista o liber­­taria, se ha convertido, en efecto, en un país de masas cultural­mente americanizadas, y por el peso de la lógica, sumiso política­mente a las consignas e intereses de los poderes públicos y pri­vados de los EEUU. La España actual care­ce tanto de identidad cultural o moral propia como de entidad política soberana ante los EEUU, y esta situación no ha sido impuesta por la vio­len­cia militar, sino que ha sido dócilmente aceptada por las oligarquías polí­ti­cas, eco­nómicas y mediá­ticas españolas, que, otra vez, han entregado España a los unos amos del exterior, como ocurrió en el siglo XIX.

Y cuando decimos oligarquías españolas, incluimos por su­puesto a sus oligarquías re­gionales. Lo que han hecho -o han dejado de hacer- el Partido Po­pular y el PSOE, con la plena colaboración en esto de los nacionalistas, es intensificar tanto la apo­lo­gética his­­tó­rica de los EEUU como la propagación del modo de vida y muerte americano, pa­ra mejor beneficio de los centros financieros internacionales ampa­rados por los EEUU y para mayor provecho de su apabullante supre­macía política, militar e ideológica mundial. El Partido Popular porque abier­ta­mente ha enganchado España a la piratería plane­taria nortea­meri­cana. El PSOE porque ha fomen­tado la debilidad, la cobardía y el entre­guismo de los españoles ante cualquier presión exterior. Y los na­cio­nalistas neofeudalistas porque sus fobias y obsesiones parti­cu­laristas no provocan más que un mundo lleno de ena­nos egoís­tas y celosos de su om­bligo o «hecho diferen­cial», para conveniencia de los EEUU y los centros finan­cie­ros que pueden así so­meternos mejor, pues sus pretensiones diferen­ciales no son más que una gran estafa: están tan vendidos y rendi­dos a las multinacionales y al poder mediático nortea­mericano como el resto, si no más, y no se alejan un ápice de las consignas y modelos lanzados por los amos del mundo. 

Por supuesto, nuestra nación, la española, pese a toda su deses­truc­turación y alienación, sigue exis­tien­do. Pero como siempre, sirviendo de soporte a unas fuerzas concretas que hemos de identificar. Y hoy por hoy estas fuerzas concretas que van mo­de­lando su identidad na­cional presente –y sus «identidades» re­gio­nales tan publicitadas– son las de la II Restau­ración borbónica.

Unas fuerzas, constitucionalistas o naciona­listas, al servicio de un proyecto económico político social ge­neral: la de homologación occi­den­tal; encargadas de una misión histó­rica: la definitiva con­versión de España en un apéndice (o en dieci­siete apén­dices) de los EEUU y del gran capital; y con una sola ‘Patria’: la España americanizada, con versión en castellano o en catalán, tanto da.

Y ese proyecto general de la España actual, esa misión histórica y esa «Patria» española americana no pueden ser, desde luego, los nuestros.

 

 

5 comentarios

Handschar -

Saludos
Nueva actualización del blog Patria y Resistencia:

http://patriayresistencia.blogspot.com

Ajuste de Información -

Perdón, el artículo que han recogido es "La desviación identitaria".

Información -

Tenemos conocimiento de un nuevo lugar internáutico resistente:
http://patriayresistencia.blogspot.com/
El último texto que han subido es precisamente un artículo nuestro ¿Que Identidad?

Fustigador -

No sólo se puede, amigo leonés, sino que este apunte se debe leer así.
En este mismo apartado temático de Orientaciones, tenemos dos artículos del amigo A. González ("No permitir que la bandera identitaria caiga en manos etnicistas" y "¿La Europa de las Tribus?") que insiste en esa más que "plena complementariedad entre el mundialismo apátrida y la creciente aparición de zonas de conflicto en el interior de estados actualmente existentes, ya sea sobre bases pseudo-étnicas, por motivaciones "humanitarias" o por motivos abiertamente egóticos economicistas-territorialistas como la que impulsa esa
"Confederación Internacional para la Libertad y la Autonomía" creada en Guayaquil en septiembre de 2006 y financiada por los EEUU, como acaba denunciar el presidente Hugo Chávez, cuyo objetivo es atizar la secesión de las regiones de Guayaquil en Ecuador, Zulia en Venezuela y Santa Cruz en Bolivia, basándose en la poderoda actividad económica de tales regiones.
Pues a fin de cuentas, éste es el discurso "real" que sostienen CiU y ERC en España, la Liga Lombarda en Italia, la Voluntad Flamenca en Bélgica... donde las excusas identitarias y la defensa de "hechos diferenciales" son sólo "recargas" de esas aspiraciones insolidarias de quienes, fundamentalmente, lo que quieren es ser más ricos deshaciéndose de sus parientes pobres.
Lo que tenemos, en definitiva, es una LUCHA de CLASES.

Comunidad León -

En relación con lo leído en esta entrega sobre la plena complementariedad entre el mundialismo apátrida y la creciente aparición de zonas de conflicto en el interior de estados actualmente existentes (ya sea sobre bases pseudo-étnicas o por motivaciones "humanitarias") cabe reseñar unas breves pistas ofrecidas en la introducción a un libro de F. Thual ("Il mondo fatto a pezzi" publicado en Italia por las Edizioni all'insegna del Veltro):

François Thual muestra cómo el narcisismo identitario de las comunidades étnicas y su aspiración a una independencia puramente formal producen una pulverización geopolítica funcional a una nueva estrategia de dominio imperialista.
Lejos de constituir un antídoto a la mundialización, la regresión tribal constituye su estado más avanzado.

Dejo este apunte que creo que puede ser leído a la luz de la actualidad internacional (revoluciones naranja, independentismos postizos de imposición americana en suelo europeo como el caso Kosovo,etc) y también atendiendo a la realidad española...