ORIENTACIONES
FRENTE AL CAPITALISMO
La humanidad sufre una "nueva crisis" capitalista pero, a diferencia de las anteriores, no parece tener armas para combatirla. En realidad, el sistema capitalista no está ni en crisis ni en quiebra, ya que se trata de un modelo de explotación que se reestructura en ciclos recesivos y depresivos, afectando principalmente a los trabajadores de todo el mundo mientras las grandes fortunas continúan obteniendo grandes beneficios.
La banca, las altas finanzas y las grandes corporaciones han provocado esta situación crítica con alevosía y precisión. Los movimientos especulativos de los últimos años tenían como objetivo desestabilizar las economías nacionales, con el fin de endeudar a los estados y reducir, aún más, su soberanía económica. Señalamos al Fondo Monetario Internacional, al Banco Central Europeo y al resto de instituciones económicas internacionales como instrumentos al servicio del capital privado, principal enemigo de los pueblos soberanos.
Paralelamente a esta guerra especulativo-financiera, la casta política nacional e internacional, subvencionada y financiada por los capitalistas, ha anunciado recortes en los, ya de por sí, penosos derechos laborales actuales. La crisis es la coartada perfecta para la imposición de un modelo laboral que perpetúa la explotación y miseria de los trabajadores y pensionistas, agravando su paupérrima situación. Denunciamos a las élites políticas por emprender una nueva guerra social en connivencia con el capitalismo.
Los medios de comunicación de masas, empresas de difusión al servicio de los poderes político-financieros, controlan el debate sobre la crisis con el único fin de atacar las pocas organizaciones comunitarias existentes, justificando la paulatina disolución de los estados, y criminalizando la verdadera labor sindical y de oposición política, ya desactivada. Advertimos que las críticas de los grandes canales mediáticos al gasto social, a las instituciones públicas y a la soberanía económica nacional forman parte de la estrategia global de disolución y aislamiento de los individuos, etapa imprescindible para la dictadura global del capital y los mercados.
Manifestamos nuestro compromiso con los pueblos y sus trabajadores, únicos bastiones de resistencia frente al nuevo orden mundial basado en el expolio, la invasión, la explotación y el engaño.
LIBERTAD - DIGNIDAD – INDEPENDENCIA
SUSCRIBEN:
"Red Tercera Vía", "Línea Antagonista", Círculo "Orientaciones", "Página Transversal"
3 comentarios
Fustigador -
Avanzaríamos algo si nos dedicáramos a converger esfuerzos y no dispersar iniciativas.
Por una Izquierda Nacional -
Ojo Avizor -
º SOBERANÍA política con INDEPENDENCIA económica,
º Soberanía política e independencia económica con DIGNIDAD nacional y JUSTICIA social,
º Soberanía política, independencia económica, dignidad y justicia, con LIBERTAD popular y NECESIDAD de organizarse, poner manos a la obra, en definitiva: arrimar el hombro para luchar. Sin lucha estamos condenados
º y, por tanto, relaciona íntimamente los dos frentes de lucha: el nacional-local con el internacional-mundial.
Esto es muy importante tenerlo claro: no se puede afrontar (ni entender) el panorama nacional, sin afrontar y entender el sistema de poder internacional capitalista e imperialista.
Este comunicado desacredita de un plumazo a todos los farsantes, memos y marchosos virtuales que se llenan la boca de rupturas con el régimen y despotrican de los políticastros, pero se callan ante la mundialización criminal imperialista y el despotismo del capitalismo financiero.
El comunicado SEÑALA CLARAMENTE AL ENEMIGO, relacionando la tiranía del capital especulativo mundial con "nuestra" clase política y el poder de la PRENSA nacional: las grandes cadenas de televisión, de radios y prensa escrita son los predicadores y escribas del capital apátrida.
El Comunicado Conjunto centra el quid de la cuestión. La alternativa sólo puede levantarse atacando y señalando como enemigo del pueblo español a quien es también el enemigo de los demás pueblos de la Tierra.
Cada uno en su medio tiene el deber inexcusable (si dice querer la libertad y la justicia para su pueblo) de apoyar las resistencias en otras partes del mundo porque el enemigo es el mismo para todos.